Todas las personas tenemos derecho a una alimentación inocua, nutritiva y suficiente. Una dieta saludable comienza con alimentos inocuos. Los alimentos contaminados pueden causar enfermedades graves y, en el peor de los casos, incluso la muerte.
La inocuidad de los alimentos es la ausencia (a niveles seguros y aceptables) de peligros en los alimentos que puedan dañar la salud de los consumidores. Los peligros pueden ser de naturaleza biológica, química o física y con frecuencia son invisibles a nuestros ojos. Se tratan de bacterias, virus o residuos de pesticidas, entre otros ejemplos.
Hay 5 claves fundamentales para impedir que estos peligros afecten a nuestros alimentos, se las contamos!
1. Mantener la limpieza: lavar las manos cada vez que sea necesario, lavar y desinfectar todas las superficies y equipos en contacto con alimentos y proteger los alimentos de insectos y/o mascotas;
2. Separar alimentos crudos de cocidos o listos para el consumo: usar equipos y utensilios diferentes para manipularlos y conservarlos en recipientes separados;
3. Cocinar completamente los alimentos: especialmente carne, pollo, huevos y pescado, recomendamos el uso de termómetros para asegurarnos que todas las partes del alimento alcancen los 70°C;
4. Mantener los alimentos a temperaturas seguras: no dejarlos a temperatura ambiente por más de 2 hs, no guardarlos por mucho tiempo (aunque sea en heladera), mantener siempre la cadena de frío y no descongelarlos a temperatura ambiente;
5. Usar agua y materias primas seguras: lavar bien las frutas y verduras que se van a consumir crudas y no consumir alimentos vencidos.
La inocuidad de los alimentos se debe lograr a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde los productores primarios hasta el consumidor por lo que es responsabilidad de todos garantizarla.
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